El objetivo de estas líneas es generar una propuesta para unir esfuerzos en la reactivación económica del turismo, esto por medio de un estudio comparativo de las organizaciones relacionadas a brindar los servicios al turismo y complementarias para contar con diagnósticos que permitan la toma de decisiones en beneficio de los destinos turísticos. Un ejercicio que favorece a lo anterior es cuestionarnos la cotidianeidad en la que vivimos, el hacer esto constantemente nos permite reflexionar no solo sobre nuestras acciones sino también sobre sus efectos, esto nos permite preguntarnos: ¿Cuándo debemos tomar decisiones para hacer un alto en el camino y revisar lo recorrido?, ¿Qué nos lleva a replantear lo que hacemos de forma habitual?
A partir de estas interrogantes y con la experiencia de dos años de pandemia, esto se puede ir respondiendo a partir de las diversas actividades que se desarrollan por medio de los grupos de interés involucrados brindando productos o servicios, en los que se han contemplado un sinfín de estrategias para reactivar la actividad turística desde líneas nacionales, regionales o locales.
El turismo juega un papel fundamental en los diferentes contextos que viven los países de América Latina gracias a la riqueza biocultural, esto brinda una diversidad de destinos que promueven muchos tipos de esta actividad desde el sol y playa, negocios, rural, arquitectónico, arqueológico, sustentable, sólo por mencionar algunos; se cuenta con ciudades, pueblos, comunidades que se consideran destinos turísticos con diversas problemáticas de índole social que se pudieron ver particularmente afectadas por la pandemia de COVID-19.
En este sentido, se deja un planteamiento para buscar un acercamiento a la realidad que viven las empresas por medio de estudios comparativos a partir de un diagnóstico de la actividad, que nos pueda brindar información de valor para encontrar la evolución que tuvieron los prestadores de servicios en sus procesos y productos que tuvieron que adaptar en el periodo de pandemia. Otro de los resultados que se pueden encontrar es el cierre o la creación de nuevos establecimientos.
La propuesta de generar diagnósticos que nos permitan tener insumos para los estudios comparativos, nos lleva a pensar en cuáles serán las mejores metodologías de obtención de información pensando en la eficiencia de recursos y tomando en cuenta la implicación de lo financiero, material, tecnológico y de talento humano en el entendimiento de que el conjunto de ello permita de forma eficiente poner sobre la mesa la importancia de contar con indicadores que puedan ser de utilidad en la planificación del desarrollo turístico de las ciudades, esto permitirá la generación de estrategias con la integración de elementos de amplio impacto para fortalecer la oferta con visión de competitividad para atender la demanda de los viajeros cada vez más preparados con necesidades muy particulares a cubrir.
Un diagnóstico pudiera iniciar por medio de la identificación de unidades económicas, sitios históricos, características de accesibilidad al destino, gestores, gobierno y grupos de interés, estos se pueden tomar haciendo un levantamiento a manera de inventario tomando elementos de valía en relación con los elementos que brindan soporte y competitividad al destino. Este último, se integra por recursos atractivos, planta turística, infraestructura y supraestructura los componentes en su conjunto pueden tener distintas propuestas para abordarlos, clasificarlos, categorizarlos, incluso tipificarlos, dependiendo de los contextos que tengan los destinos, con los trabajos previos que se tengan en este tema.
En un afán de abordar cada uno de los cuatro componentes que integran una serie de inventarios de forma general con el planteamiento de identificar las fortalezas y debilidad que se tienen como destino turístico, me permito dejar algunas ideas tomadas de los autores clásicos de la planificación turística adaptadas a trabajos aplicados antes de pandemia y postpandemia en contextos reales que nos han brindando experiencia en la forma de diseñar, instrumentar e interpretar estudios en destinos turísticos.
Un primer componente que sirve de base a manera de contexto del potencial de la actividad turística en los atractivos y recursos es la identificación de la riqueza natural y cultural de los destinos. A partir de ello, se tiene por medio de la clasificación que se considere idónea la ubicación con las condiciones de accesibilidad, infraestructura para el turismo, aforos, capacidad de carga o los que se requieran de acuerdo con los intereses del estudio. La consideración para los aspectos culturales dónde podemos encontrar manifestaciones tangibles e intangibles en la que existen una gran diversidad de elementos que se pueden tomar en cuenta en este apartado. Sin duda en este primer componente se cuenta con los elementos fundamentales patrimoniales que pueden detonar la actividad turística a partir de las características del destino, en este sentido la adecuada identificación, categorización, tipificación y clasificación e incluso calendarización de actividades permiten contar con una cartera de sitios culturales, naturales de índole o potencial de desarrollo turístico.
Un segundo componente es la identificación de los integrantes de la planta turística, esta brinda soporte al desarrollo de la actividad configurándose en muchas ocasiones con las empresas que brindan servicios en torno a los recursos y atractivos de la localidad, se conforma por elementos tan variados y complejos como el propio destino de acuerdo con la vocación económica con la que se cuenta dejaré a manera de ejemplo algunos de ellos como son establecimientos de alimentos y bebidas, hospedaje, esparcimiento, recintos y actividades deportivas, recintos feriales, foros o espacios para la realización de eventos, lugares para la recreación con fines de ocio y tiempo libre, en este apartado el reto se encuentra en la adecuada identificación de categorización, clasificaciones, subclasificaciones que se derivan del tipo de productos, servicios complementarios, la calidad ofertada , aforos. Por otro lado, no podemos dejar de pensar en los esquemas de certificación de establecimientos, de personas que orienten a la mejora de procesos de servicio al cliente, de manera higiénico de alimentos, de gestión administrativa, de sustentabilidad, entre algunos otros, orientados a la mejora de la competitividad de los negocios y en la suma de los esfuerzos a la de los destinos por medio de la capacitación constante de los involucrados en esto.
En lo referente a la planta turística se puede considera un pilar para conocer la oferta que podemos ofrecer como destino para los eventos, temporadas y actividades de acuerdo a la vocación o a los tipos de turismo que se tienen en la localidad, esto se puede contrastar con los perfiles de visitantes que nos frecuentan en algunas localidades y estos permiten identificar la demanda del turista con los hábitos que desarrolla al estar en nuestro destino, permitiendo la obtención de información valiosa para la toma de decisiones en la planificación en la que es inevitable no considerar el involucramiento de los prestadores de servicios turísticos, para conocer esta información que permitirá proyección y evolución de los servicios que prestan a partir de la modificación de procesos, hoy pensada como innovación de productos.
Un tercer componente es la infraestructura turística, este rubro nos permite identificar las fortalezas y debilidades de accesibilidad terrestre con la conectividad que tenga el destino y, en este tema, la identificación de las rutas aéreas con las capacidades de estas que abonan a la movilidad. En este punto, la comunicación que deben lograr las dependencias gubernamentales dedicadas a la planeación urbana, a la obra pública y las relacionadas con el desarrollo económico, deberán de contar con esquemas transversales de cruce de información con la finalidad de que la actividad turística se vea favorecida con el desarrollo local, en este sentido los prestadores de servicios turísticos y los grupos de interés deberán de conocer los planes locales para su consideración en la visión de negocio en conjunto.
Finalmente, el cuarto componente es la superestructura o supraestructura esta implica la identificación de todos los grupos de interés que apoyan en la gestión de los destinos, estos se pueden categorizar por la naturaleza de su actividad, particularmente las relacionadas al turismo. Un punto de partida para esto pueden ser todas las dependencias de Gobierno de los diferentes niveles, además de estas, las organizaciones que colaboren en promoción del turismo como son las organizaciones de mercadeo de destinos, patronatos que regulen y administren recintos, sitios de interés, atractivos turísticos, que pueden ser públicos o privados. Además, las organizaciones no gubernamentales, que promuevan la sustentabilidad o el cuidado del medio ambiente entre otras, los voluntariados y organizaciones afines, estas pueden ser locales, regionales, federales o internacionales. Otro fuerte grupo de interés, son las cámaras y asociaciones gremiales que pueden agrupar a los diferentes negocios que se contemplan en la planta turística.
Por último, un tema medular en que un destino pueda tener personas calificadas para llevar a cabo las actividades relacionadas a la planificación, gestión, y ejecución de actividades relacionadas al turismo, son las propias instituciones de educación que forman a través de sus procesos a los estudiantes para prepararlos a la vida profesional. Estas instituciones cuentan con vinculación con el sector productivo, gobierno asociaciones gremiales con los diferentes elementos que conforman los grupos de interés con una conectividad hacia la planta turística, a la infraestructura, a los atractivos y recursos turísticos, es decir, los estudiantes que se forman en las instituciones de educación superior pueden participar en cualquiera de los elementos de los componentes que se han abordado en el presente escrito.
Los puntos anteriormente abordados, juegan un papel importante para la adecuada división de categorías, subcategorías y clasificaciones que permiten contar con información de la gran diversidad de lugares, establecimientos, infraestructura y grupos de interés que existen en nuestros destinos. Por otro lado, no debemos de olvidar que las tendencias y hábitos de los viajeros han cambiado, lo que nos lleva a la necesidad de identificar a partir del estudio comparativo sí la oferta del destino se reconfiguró en la pandemia para contrastar con la demanda que requieren los turistas en la reactivación del sector. La conjunción de la oferta y demanda que por sí misma puede generar una simbiosis armónica entre los anfitriones y visitantes, podrá generar nuevos aprendizajes que permitan un crecimiento a de los destinos turísticos de América Latina.
Finalmente, el compartir experiencias de este tipo en los destinos turísticos pudiera permitir un aprendizaje a partir de las experiencias de otras latitudes, si bien, con contextos distintos pero problemáticas muy similares todas ya que parten de la reactivación económica turística relacionada a los efectos que dejaron las secuelas de la pandemia por COVID-19, esto se puede hacer por medio de foros e incluso congresos donde todos los involucrados en los componentes puedan tener espacios de convergencia a nivel particular o general en dónde se pueden tocar los resultados de los propios componentes enriquecidos con las vivencias o los resultados con los proyectos y propuestas de mejora que han mezclado la creatividad y la innovación para poder avanzar.
Desde las múltiples trincheras que se armonizan de manera sistémica en la prestación de servicios existen personas con experiencia en las actividades que desarrollan, tenemos además liderazgos comprometidos que pueden permitir ir buscando la conjunción de empresas, cámaras, organizaciones en búsqueda de generar sinergia para las soluciones complejas que requerimos en la reactivación económica, todos los involucrados en el sector turístico somos responsables sin minimizar gremios, actividades en dónde el turismo nos brinda la oportunidad de poder levantar la mano y comenzar alzar la voz para buscar la vitalidad de esta actividad tan noble y apasionada por un beneficio común.