Sin duda, el viajar representa un sinónimo de placer y calidad de vida; siendo también una de las formas más expresivas de establecer y desarrollar valores físicos, intelectuales, morales y emocionales, por ello el turismo no puede estar estático; el turismo como actividad económica y social debe responder a los movimientos, cambios y exigencias que solicita el ser humano.
Pero para satisfacer estas expectativas el turismo actual debe contribuir a la conservación de los recursos, mediante una planeación integral sobre el uso y manejo de éstos, así como establecer y desarrollar una cultura turística medio ambiental.
“El turismo comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, por negocios y otros” (OMT, 1994)
Para hablar del Turismo de Masas es importante remontarnos y citar a (José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Porrúa, México, 1985, p.97): “Las ciudades están llenas de inquilinos. Los hoteles llenos de huéspedes, los cafés llenos de consumidores, los trenes llenos de viajeros, los paseos llenos de transeúntes, las salas de los médicos famosos llenas de enfermos, los espectáculos, como no sean mu extemporáneos, llenos de espectadores. Las playas llenas de bañistas”.
El fenómeno masa en el contexto del turismo nace como necesidad vital del individuo por el mero deseo de viajar y descansar.
En turismo, el término “masas” a diferencia de lo que pudiéramos pensar, no es sinónimo de volumen o de aglomeraciones de personas, ni grupos o equipos diversos. El término “masa” queda conceptualizado como el común denominador de la humanidad respecto al fenómeno socio-fisiológico-recreativo que forma parte del ser humano, y que para el caso que nos ocupa, el fenómeno turístico satisface.
Surge así el conocido “turismo de masas” diferente al “turismo alternativo”, ya que éste es una forma específica dentro de aquel.
El turismo de masas mejor conocido como el turismo convencional, es aquel que busca relajación, recreación y placer.
No cabe duda de que el turismo no es un fenómeno simple, es complejo, integral, universal y total, por lo que tiene la capacidad de cambiar actitudes y criterios respecto a los demás, constituyéndose también en un fenómeno cultural y económico de gran importancia.
Por su parte, cuando se habla de turismo alternativo, automáticamente tenemos en la mente la palabra “sustentabilidad o sostenibilidad”, como una alternativa para buscar el progreso, y junto con ello el aprovechamiento racional de los recursos naturales y humanos, con el fin de satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer la posibilidad de las generaciones futuras.
Y, ¿qué sucede en México y cuáles son los retos que ha enfrentado en materia de sostenibilidad?
Me parece necesario e importante compartir algunas reflexiones textuales de un estudio presentado en 2020 a iniciativa de la Secretaría de Turismo del Gobierno de México (SECTUR), Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Agenda 2030, Organización de las Naciones Unidas (ONU) Medio Ambiente, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Red Indígena de Turismo, Mundo Sustentable, Ecoturismo Genuino, Red Turismo Sustentable, Universidad del Medio Ambiente, Experiencias Genuinas, Rosi Amerena, Cultiva Ciudad, Sustentur, Ruta Origen y Natoure. “En 2018 México ocupó el puesto 116 en sostenibilidad turística, pese a ser el 4° país más megadiverso, el 2° en uso efectivo de recursos naturales y 10° en recursos culturales.
Derivado de lo anterior, los destinos turísticos en México presentan grandes retos en materia de sostenibilidad, donde se ha heredado la convivencia de paraísos turísticos con zonas de alta marginación y profundas carencias sociales, deficiencia en abasto, saneamiento y tratamiento de aguas, gestión de residuos, conectividad, así como la falta de planeación en la movilidad urbana, aunado a la depredación de suelos y reservas territoriales.
Para contrarrestar lo anterior, el 25 de abril de 2019, bajo el liderazgo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), de la mano con la Secretaría de Turismo del Gobierno de México (SECTUR) se impulsó al turismo de naturaleza en México como una estrategia de conservación e inclusión social, es así como surge el “Tlatocán de Sustentabilidad Turística”, reuniendo a expertos de turismo de naturaleza con actores de gobierno para promover una nueva forma de hacer turismo en México.
* El Tlatocán o “Gran Consejo” era el organismo más importante del Imperio Azteca. Dentro de las funciones del Tlatocán se encontraban las de índole administrativas y judiciales.
Con el objetivo de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos, en 2015 los líderes mundiales adoptaron un conjunto de objetivos globales plasmados en la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, la cual compromete 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para cumplir con este fin.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce la importante contribución de la actividad turística en el cumplimiento de los 17 objetivos, donde el turismo se relaciona directamente con los objetivos 8, 12 y 14 y de manera específica en el objetivo número 8 y meta 8.9 se hace hincapié en promover y desarrollar turismo de manera sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales”.
Entonces, ¿qué consideramos como Turismo Sostenible?
En la Conferencia Euromediterránea sobre Turismo y Desarrollo Sostenible de 1993, la OMT postuló que “El Turismo Sostenible atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida».
Ahora bien, se propone el entendimiento del turismo sostenible como aquel enfocado a la inclusión social, la justicia económica y la conservación del patrimonio cultural y natural, así como la regeneración de la naturaleza.
Con base en el cumplimiento de los criterios anteriores, el turismo sostenible puede presentarse en varias formas, como turismo de naturaleza, ecoturismo, turismo indígena, regenerativo, rural, comunitario, biocultural, agroturismo, de aventura, de sol y playa responsable y de baja escala, entre otros.
Aunque la crisis del 2009 no se compara con la magnitud de la crisis global generada por el COVID-19, es importante no olvidar que esa crisis puso en la mesa muchas conversaciones importantes acerca de la evolución del turismo en México, particularmente con relación al turismo masivo y al modelo “All inclusive” de sol y playa, y la evolución necesaria a un turismo más diverso, no sólo en producto, sino en destinos de nuestro país.
Para el segmento de naturaleza y aventura, muchos de los retos de 2009 siguen siendo retos hoy. Nos encontramos nuevamente ante una crisis que nos presenta la oportunidad de cambiar el rumbo, y de enfocarnos hacia un turismo incluyente, justo y responsable que dé valor a nuestra cultura y biodiversidad.
El estudio antes mencionado, señala que es un hecho que el turismo es el sector más afectado por la crisis derivada del COVID-19.
Esta crisis será recordada por mucho tiempo por el duro golpe que le dio a nuestra economía y sobre todo al turismo. Sin embargo, este periodo podría convertirse en una oportunidad de CAMBIO para transformar el tipo de turismo que se brinda en México y crear el “turismo que soñamos”, con un enfoque saludable, socialmente inclusivo, económicamente justo, pero sobre todo, con respeto hacia la naturaleza. De igual manera, la crisis podría ser un excelente catalizador para dirigir a los consumidores y proveedores del sector turístico hacia el camino de la sostenibilidad.
El mismo estudio hace mención de que con esta pandemia creció una corriente que revaloriza al productor local, comenzando por lo que nos da de comer todos los días, y donde el turismo tiene el potencial para ser el conductor que integre sectores productivos que se trabajan por separado pero que a la vez son parte de la cadena de valor turística, por ello es importante considerar su inclusión iniciando por el sector agropecuario, pero también el forestal, el pesquero y de artesanías. Sectores que son relevantes también para el sector turístico, no sólo porque generan valor a la cadena sino también porque en México la gran mayoría de prestadores de servicios turísticos sostenibles se dedican en paralelo a alguna de estas actividades para ser rentables.
Sin embargo, no podemos hacernos ciegos ante lo que nosotros mismos “El hombre” hemos provocado con un consumo irracional y excesivo de los recursos naturales, como la contaminación, degradación de la tierra, del aire y del agua, incluso la pérdida de la identidad cultural.
Hoy más que nunca el mundo entero busca mejorar la calidad de vida de la gente, y en materia turística se han logrado muchas cosas, aunque faltan muchas más, entre ellas: la distancia ya no es un impedimento, se ha logrado reducir el tiempo que necesita el viajero para trasladarse de un lugar a otro, la tecnología evoluciona día a día y nos ha permitido comunicarnos sin importar la distancia y el lugar, pero también dicha tecnología nos ha llevado a entender que el turista está cada vez más enterado, más exigente, consciente y ávido de saber más sobre el lugar que visitará, la cura a viejas y nuevas enfermedades (gran reto el que hemos vivido los dos últimos años a causa del COVID-19), en donde sin lugar a dudas y como ya se ha visto en párrafos anteriores, el turismo ha sido uno de los sectores más afectados a nivel mundial y, cada país ha enfrentado de manera diferente la situación para lograr una pronta recuperación de la actividad turística.
Los Gobiernos han creado políticas turísticas actuales que se han preocupado en actuar frente a los impactos ambientales del turismo, hoy el mundo se encuentra en una profunda transformación, pues tanto turistas, consumidores y ciudadanos están más concienciados medioambientalmente, el mundo entero podemos decir que exige condiciones diferentes en la producción y utilización de los servicios turísticos, poniendo fin a la expansión poco controlada del turismo de masas.
Como se ha comentado anteriormente hoy en día el turismo en este ámbito apela netamente al espíritu del viajero, fomentar el cuidado del medio ambiente, comenzando con pequeños detalles tan simples como por ejemplo, no gritar al aire libre para no perturbar la fauna presente. En este sentido existe una gran preocupación por parte de los medioambientalistas quienes han puesto énfasis en las 3R que abarca la conservación, “Reciclar-Reducir y Reutilizar”.
A manera de conclusión, hay que destacar principalmente la importancia que representa en el turismo, la tolerancia entre personas; el aprender a compartir entre iguales sin distinción de raza, género ni clase social. El turismo en este caso actúa como actividad inclusiva y se impone a romper las barreras que puedan existir en otros sectores.
A medida que pasa el tiempo, somos testigos de un cambio en la mentalidad del ser humano, una evolución acorde a los avances que se presentan; Los destinos de México serán referentes de turismo sostenible, saludable, integrando los servicios ecosistémicos para crear cadenas de valor de consumo y producción sostenible, generando participación local, compromiso socioambiental y amigables con la biodiversidad.
Tenemos el reto de ser creativos ante nuevos productos turísticos y, cierro recordando a Einstein que decía “La imaginación es más importante que el conocimiento”.