Si bien tras los efectos más duros de la pandemia actualmente nos encontramos ante un aparente escenario fructífero del turismo en el Perú, con un alto porcentaje de la población vacunada y con la tendencia en alza en el resto del mundo, aun nos encontramos ante un panorama inestable reforzado por noticias e información en diversos canales que no dejan de recordarnos que nos encontramos en peligro. Junto a ello, investigaciones demuestran que nos encontramos en un colapso catastrófico del sistema ecológico y que, a pesar de la difusión de estos estudios desde hace décadas no han sido atendidos ni por la población ni desde el ámbito educativo (Edelheim, 2021).
A nivel internacional y a partir de la crisis por el Covid, la industria del turismo y hotelería viene realizando esfuerzos para que se tome un rumbo hacia el Turismo Responsable. Por ejemplo, en julio de este año World Travel Market London WTM lanza una plataforma mediante la cual invita a empresas y organizaciones a compartir prácticas sostenibles y métodos éticos para impulsar Turismo Responsable. El programa WTM, se centra en los esfuerzos de los actores de la industria de viajes por usar esta actividad para construir mejores lugares, en palabras de Harold Goodwin, como productores y consumidores para conseguir la sostenibilidad.
Expertos señalan que, en el 2050, 6.5 billones de personas vivirán en ciudades y ya no es una sorpresa que la tecnología está cambiando todo desde la forma que ahora nos relacionamos, pedimos un taxi o reservamos una habitación: estamos evolucionando, a pesar de ello continuamos trabajando en modelos que no son conscientes del impacto en el medio ambiente. Lamentablemente nos encontramos en un momento en el que algún sector del turismo busca retornar su actividad bajo el modelo construido hace más de veinte años, lo que podría ser un desastre. Sabemos que la crisis económica golpeó fuertemente al turismo y que empresarios buscan retomar sus actividades en función de la recuperación del rubro al que se dedican, muchas veces si tomar en cuenta recomendaciones hacia un turismo que implica ciertos compromisos con diferentes actores, medio ambiente, comunidad, territorios y ecosistemas.
Finalmente, no debemos olvidar que cuando hablamos de turismo responsable estamos hablando de un gran paraguas que incluye al turista y el modo en el que el turismo se relaciona con el espacio que visita, pero, y, sobre todo, como el turismo puede educar hacia una sociedad más responsable con el medio ambiente. Por ello busquemos reforzar un turismo sostenible y su capacidad transformadora primero desde la academia, un modelo que apunte al desarrollo sostenible respetuoso con el medio ambiente, el patrimonio cultural, material e inmaterial, los espacios de memoria, y los vínculos de las sociedades con sus territorios y ecosistemas. Ese es el nuevo reto para los futuros profesionales del sector turístico y hotelero.